El inicio de la crisis Covid-19 derrumbó en un principio los precios de los principales recursos básicos que cotizan en el parqué, al paralizar la demanda durante varios meses por los confinamientos que se decretaron a lo largo de todo el mundo alguno como fue el Petroleo entró en su último vencimiento en negativo llegando a cotizar por debajo de -40 dólares algo nunca visto.
Luego la recuperación de los precios de las materias fue rápida, y en sólo un año el precio de la cesta de Bloomberg, el Bloomberg Commodity Index, ha experimentado una subida del 44,5%, pasando de los 59,5 puntos en marzo de 2020, hasta los 86 que llegó a tocar en febrero de 2021
Problemas a la vista de los Bancos centrales:
1/Desmantelamiento de los programas de compras de deuda
2/La retirada de las operaciones de refinanciación para la banca
3/una subida de tipos de interés
La gran subida de los precios del petróleo y de metales como el cobre o el acero responde a varios factores, entre ellos la recuperación económica desde el inicio del Covid19c y los estímulos fiscales, monetarios puestos en marcha para hacer frente a la crisis derivada de la epidemia de coronavirus, la mayor inversión en materias primas en un mundo de bajos tipos de interés y las restricciones de oferta por parte de la OPEP y sus aliados.
La posibilidad de que vaya a haber más inflación favorece que suban las materias primas, ya que suelen ser activos en los que los inversores se fijan en estas coyunturas y se invierte en estas circunstancias porque suelen protegerse bien de la inflación, provocando subidas.
También se está valorando un súper ciclo en las commodities yo viví en carne y hueso la del 2000, y si hay ciertas coincidencias en la tormenta perfecta.
Los superciclos también se producen cuando hay una erosión en el valor del dólar, esa erosión hace que las materias primas se conviertan en valor refugio como el Oro y suban.
El principal punto culpable son los programas de estímulos económicos mundiales masivos, la recuperación de la demanda y la escasez de oferta producida por la falta de inversión estructural de los últimos años.
Un punto importante es el que beneficia la subida en metales como el cobre, la plata o el platino, materias primas vitales para el vehículo eléctrico.
Se espera que la demanda de vehículos eléctricos aumente de 3 a más de 30 millones en 2030. De media un vehículo eléctrico contiene casi 4 veces más cobre que un vehículo con motor de combustión interna.
En los últimos 12 meses la subida de las materias primas ha sido especialmente significativa para recursos como la madera o el petróleo. La primera sube un 249% en este periodo, mientras el barril de crudo europeo, el Brent, prácticamente ha doblado su precio. Todos los metales industriales están en verde en el último año, con el aluminio subiendo casi un 100%, y el estaño y el cobre repuntando más de un 80%.
La esperanza de que las vacunas traerían de vuelta la normalidad tras la crisis del Covid, con un aumento de la demanda de activos cíclicos asociado, está detrás del repunte. Sin embargo, no es el único argumento a favor de las subidas; el uso del transporte marítimo para mover material sanitario también ha contribuido a los avances, multiplicando por casi 4 veces el precio de los fletes, las principales rutas que se utilizan para el comercio mundial.
En nuestro país un encarecimiento de las materias primas provocaría un aumento de gastos en la producción y ya depende de los administradores económicos de las diferentes industrias de sus habilidades para negociar las materias primas en los mercados de futuros del mundo, si se cubren bien ante las subidas y hacen caja y aumenta la venta de los productos se crearían puestos de trabajo, sino se cubren con una buena gestión en la subida de las materias primas algunas empresas podrían generar una erosión en sus cuentas, y tener que prescindir de empleados. También podría tener que pasarle ese gasto extra al consumidor final de sus productos.
La inflación es algo que si no se maneja bien puede provocar un gran peligro para los ciudadanos y el problema que tenemos ahora es que los bancos centrales tienen las manos atadas, y veremos si cuanto se empiecen a cortar los estímulos de la última década por donde salen las intenciones de estos protagonistas.